El equipo de Van Gaal se impuso por 3 a 2 en el Beira Río. Robben, Van Persie y Depay marcaron para el ganador. Cahill y Jedinak lo hicieron para el conjunto que quedó a afuera junto a España.
Por su lado, el combinado de Oceanía, pese a sus buenas producciones en la Copa del Mundo, no reúne unidades y en el choque con los españoles jugará eliminado.
El equipo conducido por Louis Van Gaal se puso en ventaja a los 19m. del primer tiempo, a través de una corrida del delantero Arjen Robben, quien batió a Matthew Ryan, con un remate cruzado.
Inmediatamente después, el elenco australiano estableció la igualdad provisoria, con una perfecta volea de Tim Cahill, que dejó sin asunto a Jasper Cillessen.
Durante esos 45 minutos iniciales, Australia lució un mejor funcionamiento colectivo, presionó arriba a la defensa rival y le generó inconvenientes con Leckie y Oar, bien de punta y llegando ambos hasta el fondo.
Como consecuencia de ese mejor accionar, el equipo de Oceanía sacó ventaja a los 9m. de la segunda mitad, con un penal que sancionó el árbitro argelino Djamel Haimoudi, por una mano casual en el área del defensa Jaryl Janmaat.
Holanda reaccionó casi de inmediato, también. Con el simple argumento de habilitar a sus extremos, los dirigidos por Van Gaal consiguieron el 2-2 parcial, a los 13m., cuando Van Persie quedó mano a mano con Ryan y dio una lección gratuita de su poder de fuego.
El encuentro continuó con un ritmo frenético y el combinado australiano tuvo el tercero a disposición, cuando Leckie metió el pecho antes que la cabeza y favoreció una atajada sin problemas del arquero Cillessen.
Y, tras cartón, el ingresado Memphis Depay metió un disparo bajo, aprovechó la estirada tardía del arquero australiano y festejó el tercer tanto holandés.
De allí hasta el final, el equipo ganador hizo control de balón y estuvo más cerca de aumentar las cifras, ante un rival que ya parecía cansado y que había tirado «todas las cartas sobre la mesa».
Ganó Holanda (ante la atenta mirada de la reina Máxima Zorreguieta y su esposo el rey Guillermo) y ya está en los octavos de final de la Copa del Mundo, con un ataque temible (8 goles) en dos partidos, y con la ilusión de disputar los siete partidos tal como sucedió en Sudáfrica 2010.