La cábala de D10S, cada 28 años surge un astro argentino

Fuente: Unsplash

A través de los años hemos visto a Lionel Messi y al ya desaparecido Diego Maradona sorprender al mundo con una calidad de juego simplemente insuperable. Sus increíbles gambetas, históricos goles, y varios preciados títulos, son parte de un legado que logra trascender la cancha, conectando con el público, y creando momentos inolvidables que elevan a Maradona y a Messi por encima de los demás hombres.

El ciclo de los grandes de Argentina

En cada campeonato y en cada partido, La sola presencia de Maradona y de Messi es vista como un aval de éxito tanto para seguidores y casas de apuestas al mostrarnos sus pronósticos de apuestas en directo. Tanto es así, que sobre ellos pesa una fe envidiable, pues no importa cuán grande sea el adversario ni difícil el encuentro, ambos jugadores dejan su alma en el campo, cautivando incluso a los más profanos.

Poco se imaginaria Don Francisco Cornejo entrenador de las inferiores Argentinos Junior, como aquel Maradona nacido en el 60, que solía jugar en los potreros de Villa Fiorito, le tocaría hondamente el alma con su talento. Tal fue la impresión al ver como dominaba el balón con aquella zurda mágica, que hizo lo imposible para que lograse entrar al equipo, en una época donde a los aspirantes literalmente se les media según la estatura para darle una oportunidad en las canteras. De no ser así, jamás le hubiésemos visto debutar en 1976, para que diez años más tarde, hiciera leyenda en el mundial de México 86, con su Mano de Dios y el Gol del Siglo ante Inglaterra.

Este patrón también se repetiría con el actual “sucesor” del Pelusa. A pesar de aun no contar con la codiciada copa del mundo en su extensa vitrina, sobran los motivos considerar a Lionel Messi como un gigante entre los grandes. Mientras equipos como El Newells Old Boys, y el Como de Italia encontraban peros para apoyar el tratamiento de la deficiencia de la hormona de crecimiento de Messi, para Carles Rexach, secretario técnico del F.C Barcelona, esta solo era un minúsculo obstáculo ante la increíble capacidad de juego y ni que decir goleadora, de la zurda del joven rosarino. Bastaría su debut en 2004 para que el mundo viera pisar en la cancha a un Messi consagrado a romper todo récord existente acumulando hasta la fecha 37 de ellos y sin ninguna intención de detenerse.

Un cambio de percepción.

Es difícil creer que haberles encontrado era algo más producto de la casualidad. Considerando los recursos de la época los caza talentos debían tener la suerte de estar en el momento adecuado para presenciar en una mar de aspirantes cuál de ellos sería el próximo milagro del deporte. Sin embargo, este proceso ya se ha simplificado gracias a los avances en Big data para detectar jugadores erróneamente mal valorados, que en el pasado era privados de la oportunidad de despegar en sus carreras.

Hoy en día la espera quizás sea más corta gracias al cambio de percepción y la manera de captar nuevos talentos. Pero mientras no superamos aquellos arcaicos prejuicios que casi nos dejan sin Maradona y Messi, tal vez tengamos que esperar hasta el 2032 para poder sorprendernos nuevamente.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.