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Tratamiento gratuito contra las adicciones en San Isidro

Se trabaja en la prevención y contención de personas adictas a las drogas y alcohol. Funciona todos los días, de 14 a 19, en el Centro Municipal Ramón Carrillo (Tomkinson 2130, Beccar).

“Intentamos acompañar a los adictos para que tomen distancia del consumo de sustancias legales (alcohol) e ilegales (drogas) y ordenen su vida desde el punto de vista emocional y laboral. La adicción es una enfermedad que se gesta por mucho tiempo pero, si se trata a tiempo, se puede prevenir”, aseguró la directora ejecutiva del programa, Fernanda Rodríguez.

El espacio surgió hace tres años por un acuerdo entre la Municipalidad de San Isidro y la Fundación para el Desarrollo Humano (DEHUM) para trabajar puntualmente sobre el tema de adicciones tanto en materia de prevención como de tratamiento.

El SAPAC funciona todos los días, de 14 a 19, como un dispositivo ambulatorio para abusadores de sustancias, en el que se trabaja en grupos con el objetivo principal de ordenar la rutina, y frenar impulsos de consumo y de violencia que genera la abstinencia.

Por otro lado, desde la prevención, hay un espacio de orientación a familiares. Se trata de padres y parejas que se acercan desbordados por situaciones relacionadas a un adicto que no quiere hacer un tratamiento. En este sentido, crean estrategias de contención para que el adicto tome conciencia de su problema y del sufrimiento que genera a sus vínculos.

“Las familias tienen implicancia en el desorden de estas personas, ya que son disfuncionales en distintos aspectos como en la comunicación, la determinación de límites y la contención. Son vínculos dañados que necesitan sanarse para que el beneficio de este tratamiento sea no sólo para el adicto sino para todos. Cuando el vínculo es fuerte, la droga se cae”, afirmó Rodríguez.

Tal como dice su nombre, el tratamiento es ambulatorio (sin internación) y preventivo; por lo que da la posibilidad al paciente y a su entorno de continuar su rutina familiar, académica y laboral.

María Carballo, mamá de una persona en tratamiento, contó: “A los 16 años mi hijo empezó a consumir drogas y pasé por varios centros e internaciones. Hace un año que vengo acá y me encontré con herramientas de vital importancia para sobrellevar este flagelo que es una lucha terrible”.

Jorge González destacó el compromiso humano del espacio para tratar la enfermedad de su hijo. Analía Figueroa fue desde San Fernando para trabajar sobre el alcoholismo de su pareja: “Me parece excelente este lugar. Los libros pueden enseñar mucho pero el grupo es lo que aporta al cambio”.

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