Tras una fiscalización completa del sistema, se suspendieron más de 5.000 raciones no justificadas y se avanza hacia un modelo sin intermediarios que beneficie a quien lo requiere.
La Ciudad de Buenos Aires consolidó un sistema de asistencia alimentaria basado en la trazabilidad, la transparencia y la llegada directa a quienes realmente lo necesitan. Todos los días, más de 250.000 personas reciben asistencia alimentaria en comedores, espacios de primera infancia, centros de jubilados, paradores para personas en situación de calle y a través de la transferencia directa del programa Ciudadanía Porteña.
Este modelo permitió por primera vez una fiscalización completa de más de 500 comedores de la Ciudad, con controles diarios tanto a los espacios como a las empresas proveedoras. La implementación de una nueva App para registrar beneficiarios, identificar necesidades específicas y reportar irregularidades en tiempo real marcó un cambio profundo: cada ración queda trazada, cada persona queda identificada y cada peso puede seguirse en todo el proceso.
En este operativo integral se detectaron comedores que no estaban entregando la comida a los beneficiarios. En total, más de 5.000 raciones no fueron justificadas, y la Ciudad dispuso la suspensión inmediata del envío y el cierre de 40 «comedores fantasmas”, garantizando que ningún recurso público quede en manos de intermediarios políticos. Pero el foco central no está en las irregularidades, sino en lo que permitió detectarlas: un sistema más moderno, más ordenado y orientado a llegar mejor a las familias.
El programa Ciudadanía Porteña profundizó esa transformación en 2025: con inscripción 100% virtual, pago digital a través de Buepp -la billetera del Banco Ciudad-, y ampliación progresiva de rubros para llegar a 2026 con más de 160 nuevos comercios donde comprar alimentos de manera directa, transparente y sin intermediación.
«Terminamos con un sistema que durante años les permitió a los gerentes de la pobreza hacer negocios con el hambre de la gente. Hoy eso se terminó. Sacamos a los intermediarios e incorporamos un sistema que nos da visibilidad total» (Jorge Macri)
«Terminamos con un sistema que durante años les permitió a los gerentes de la pobreza hacer negocios con el hambre de la gente. Hoy eso se terminó. Sacamos a los intermediarios e incorporamos un sistema que nos da visibilidad total: sabemos a dónde va cada ración, quién la recibe y cómo se usa cada peso. Ahora cada persona accede con su DNI, sin punteros, sin listas manejadas por nadie y sin el filtro de ninguna organización. La ayuda llega directo a quien la necesita y en comedores comprometidos con el trabajo social y la transparencia. Porque no todos son lo mismo. Dimos un paso que algunos esquivaron durante años: cortamos con prácticas que todos veían, pero no se atrevían a enfrentar. Quiero dejar esto claro: vamos a garantizar el plato de comida para cada persona que lo necesite, lo que no vamos a permitir nunca más es que alguien use el hambre para hacer negocios», sostuvo el Jefe de Gobierno, Jorge Macri.
El ministro de Desarrollo Humano y Hábitat, Gabriel Mraida, agregó: “En la Ciudad, la comida dejó de ser un factor de negociación política. Todos nuestros programas tienen condicionalidades claras y están completamente desintermediados. Hay un control estricto y riguroso, que realizamos todos los días, apoyado en tecnología para garantizar transparencia en cada etapa del proceso. Ningún plato de comida puede terminar en un destinatario que no corresponde, y mucho menos en la política. Una Ciudad más justa es la que sabe exactamente a quién está ayudando”.
“En la Ciudad, la comida dejó de ser un factor de negociación política» (Gabriel Mraida, ministro de Desarrollo Humano y Hábitat)
Con esta modernización, la Ciudad avanza hacia un sistema alimentario cada vez más preciso y eficaz: más tecnología para fiscalizar proveedores, seguimiento individual de beneficiarios y registro unificado para eliminar trámites manuales y mejorar la calidad de cada intervención.
El objetivo para 2026 es claro: una política alimentaria justa, directa y seria, que cuide los recursos de todos, que acompañe de verdad a cada familia y que fortalezca a los comedores que trabajan todos los días. Los problemas sociales son multidimensionales, y conocer a cada persona es el primer paso para ayudarla en serio.



























