Sobre el cáncer de mama, el médico especialista en Oncología, Dr. Alejandro Turek, dijo que “por año en Argentina hay casi 20.000 nuevos casos de cáncer de mama y mueren 6.000 mujeres. Sin embargo, con diagnóstico y tratamiento correcto en etapa temprana, la tasa de cura es cercana al 100% sin secuelas”.
Además, reveló que “cada embarazo a término da un 7% de protección adicional y un 4% extra por cada año de lactancia en relación a las no embarazas que no amantaron a sus hijos”.
“Es decir que si llega a la consulta una mujer de mas de 50 años que nunca estuvo embarazada tiene mas riesgo de tener un cáncer de mama que aquella que a los 35 años tuvo tres chicos y dio un año de mamar a cada uno de ellos porque cada embarazo le dio un 7% menos de chance de tener cáncer de mama y cada año de lactancia le agregó a su favor otro 4% adicional porque tuvo mucha progesterona durante mucho tiempo y así pudo equiparar el efecto del estrógeno en su ciclo hormonal durante muchos años», ejemplificó.
Consultado sobre si hay alguna relación entre las operaciones de implantes mamarios y el
cáncer de mama, el oncólogo dijo que “lo que se sugiere muy firmemente es que estén realizadas por cirujanos especializados en esta clase de operaciones”.
Continuó: “Los materiales extraños como las siliconas pueden causar un tipo en especial de lesión
inflamatoria/granulomatosa. La ruptura de la cápsula protésica causa una reacción de cuerpo extraño pero ciertamente hoy es infrecuente”.
“Las fibrosis pueden dar la clínica de un tumor localizado. Por supuesto que la inyección de todo tipo de material en la mamaes una práctica médica que no aconsejamos”.
Preguntado sobre la posibilidad de que una enfermedad benigna derive en un cáncer de mama, respondió: “Tengamos en cuenta que la mayoría de las lesiones de la mama son benignas y que todo lo que ocupa espacio en nuestra anatomía se puede llamar tumor sin ser uno maligno (cáncer)”.
“Pero como en las mujeres de occidente el cáncer de mama es la neoplasia más frecuente, se comprende la preocupación por cualquier tipo de lesión mamaria. En general las lesiones benignas no se asocian con un riesgo mayor para el cáncer de mama, ni es importante el grado de transformación de un tejido benigno a otro maligno”, continuó.
“La incidencia de las lesiones benignas de mama comienza a aumentar durante la segunda década de la vida con picos en la cuarta y quinta décadas, a diferencia de las enfermedades malignas, que aumentan marcadamente a partir de la menopausia”, completó.
Turek aconsejó autoexamen mamario, y una mamografía anual a partir de los 40.