SportClub en San Isidro: a un mes de abrir el primer gimnasio del AMBA ya volvió el 60 % de los socios

Tras seis meses, se retomó la actividad con estrictos protocolos y no registraron ningún caso de coronavirus. Consideran que las claves del éxito son la ventilación, el aire libre y el distanciamiento deportivo de 5 metros.

Estamos en Sebastián Elcano al 1700, en la sede de SportClub en Martínez. Con detalles de alta gama, el gimnasio es amplio y tiene una vista espectacular al río. Amables, las recepcionistas trabajan intensamente. Para entrar al local, cada socio requiere de su apto físico y su turno. En la puerta, sanitizan su calzado y les controlan la temperatura. Luego, firman la declaración jurada confirmando que no tienen síntomas. Ya adentro de la sala de musculación, las máquinas están separadas y la gente respeta el distanciamiento. Personal de limpieza se encarga de desinfectar constantemente las máquinas. La música marca el ritmo. Los televisores están encendidos en diferentes canales. Hombres y mujeres pedalean en bicicletas, corren sobre cintas o levantan pesas. Como si el mejor de los estados se alcanzara en movimiento.

La imagen de gente entrenando se hizo esperar, pero finalmente tras seis meses se volvió a repetir. Todo adecuado a los tiempos de pandemia que toca atravesar. SportClub al Río fue el primer gimnasio del AMBA que abrió sus puertas.

Los ejes principales para poder funcionar son la ventilación y aire libre con los que cuenta este gimnasio, los protocolos para garantizar el distanciamiento deportivo de 5 metros, la exhaustiva limpieza y desinfección, y la reducción al 50 % el número de usuarios en simultáneo.

La nueva sede de la reconocida cadena de gimnasios inauguró el 2 de marzo de este año con grandes expectativas. Pegado al restaurante Malloy’s, y con vista al Río de la Plata, máquinas de última generación que provienen de Estados Unidos, espacios amplios, una pileta, y gran equipamiento, auguraban una concurrencia masiva del público. Sin embargo, a solo dos semanas de comenzar, tuvieron que cerrar abruptamente por la pandemia de coronavirus que puso en vilo al mundo entero.

“Fue muy difícil todo, después de una gran inversión y con un arranque con muy buenos resultados, y de golpe, de un día para el otro tener que cerrar. Fue como abrir Disney y que te lo cierren a los 15 días”, graficó Emiliano Maccarrone, gerente regional de SportClub y responsable de la sede al Río.

Entre las medidas que se tomaron contó que suspendieron los pagos por débitos, y que al principio brindaron servicios a través de las redes sociales y WhatsApp con entrenamientos personalizados a cargo de profesores. Pero luego, con el correr de los meses, la gente fue dejando de entrenar.

La pandemia de coronavirus y la cuarentena se convirtieron para el sector de los gimnasios en un verdugo inapelable. De los 8.000 gimnasios que hay en el país, se estima que cerca del 20 % cerraría sus puertas dando que la mayoría de estos espacios comerciales no cuenta con recursos suficientes para poder hacer frente al pago de impuestos, sueldos y alquileres.

Para hacerle frente a este panorama desolador, Maccarrone señaló: “Fui administrando cuidadosamente el remanente que nos quedó y se recortaron muchas cosas. Por parte de la ayuda estatal, solamente nos salió un pago de ATP (programa para la Asistencia al Trabajo y la Producción). Y con los empleados hicimos un acuerdo de reducción de sueldos como en todas las sedes”.

Ante la imposibilidad de abrir los gimnasios, varios dueños tomaron una decisión para paliar la crisis: alquilar material de entrenamiento. “No alquilamos nada. Pero si prestamos cintas y bicicletas al Hospital Central de San Isidro y a diferentes instituciones para trabajadores esenciales”, indicó.

Pasaron seis meses, y tras coordinar y establecer los protocolos con la Municipalidad de San Isidro para que esta sede pueda abrir. “Hubo feedback, nos fuimos adaptando y nos pusimos de acuerdo. El enfoque es entrar, entrenar y salir”, explicó el gerente comercial.

El protocolo establece que los socios tienen que presentar un certificado médico de aptitud, no pueden realizar ninguna actividad física de contacto, tampoco pueden usar los vestuarios (sí los baños), y que el gimnasio debe tener ventilación natural, no pueden ofrecer clases grupales, tampoco abrir domingos y feriados. Se debe reservar un turno de lunes a viernes, de 7 a 22 y los sábados, de 8.30 a 19.

Cada turno es de una hora y media. Son unos 70 minutos para entrenar y luego durante 20 minutos desinfectan el lugar.

El responsable del gimnasio destacó la buena relación con el municipio. “Al trabajo en equipo con los empleados y socios, debo sumar a la Municipalidad porque nos ayuda a mejorar. Nos sirve mucho su mirada”, enfatizó Maccarrone.

La fecha de vuelta fue el 14 de septiembre, y a un mes el balance es positivo: ya volvió el 60 % de los socios que se habían inscripto en febrero y marzo. Son unas 250 personas que entrenan en diferentes turnos y días.

En el interior, las máquinas estarán separadas para que se respete el distanciamiento deportivo, el piso remarcado, y hay desinfectantes por todos lados. Sumado a la intensa limpieza y desinfección que realiza el personal del gimnasio. Mientras que al aire libre con el río de fondo y la pantalla del Autocine –funciona en el mismo complejo – hay máquinas especialmente adaptadas para trabajar tanto la parte superior como inferior del cuerpo.

El gimnasio cuenta con una serie interminable de elementos: cajones de salto, paralelas, barras olímpicas, mancuernas, cintas de suspensión, cuerdas, pelotas de pilates, ruedas de camión, martillos, bolsas de boxeo, colchonetas y los infaltables conos chatos naranja flúo que delimitan el circuito.

El resultado de los protocolos en este tiempo de funcionamiento es perfecto; no se registró ningún caso de coronavirus. Entre las próximas actividades para habilitar se encuentran el uso de la pileta y las actividades en grupos reducidos de acondicionamiento físico, zumba y spinning.

En la pileta, proponen que los socios vengan cambiados y que finalizada la actividad, se hagan un secado y un cambio de ropa rápido. Y en las otras actividades se aprovecharía al espacio al aire libre.

SportClub al Río tiene un cuota mensual de 4.000 pesos y una membresía de 12.000 pesos. Para conocer más sobre esta sede se pueden comunicar al 3144-8860, por WhatsApp al 1131448860, o enviar un mail a info.alrío@sportclub.com.ar

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