El diputado afirmó que siente “una frustración enorme” por la actuación de la justicia y de la política, y vinculó con el caso a Bullrich, Milei, Milman y Caputo.
En declaraciones a La Mecha, por Radio Provincia AM1270, aseguró que, a un año del intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández, siente “una frustración enorme” por la actuación de la justicia y de la política. El diputado del Frente de Todos sostuvo que se trata de “una tristeza profunda porque la democracia Argentina está retrocediendo”, lo cual quedó reflejado en este caso, en el que “la respuesta del sistema al hecho más grave de violencia política desde la recuperación de la democracia ha sido paupérrima, insuficiente y lejos de lo que debería haber sido después de 40 años de ejercicio ininterrumpido del voto y de las libertades”.
Para Rodolfo Tailhade, “dos factores centrales de nuestra democracia han fallado de manera notable”. Apuntó al Poder Judicial, porque “garantizó la impunidad del hecho con una investigación vergonzosa desde el minuto uno hasta hoy”; y a la dirigencia política, porque “tuvimos que hacer concesiones interminables para que (sectores de la oposición) se sentaran 10 minutos en la Cámara de Diputados para repudiar el hecho, y en el Senado directamente no pudieron sentarse en una sesión”. Por lo tanto, concluyó que “esto demuestra que el pacto democrático está roto”.
En términos judiciales, este caso “es una ‘no investigación’”, por cuanto “en menos de 24hs” del intento de asesinato “ya se había echado a perder la causa principal que era el contenido del celular de Sabag Montiel” y, por esa situación, “nunca nadie dio una mísera explicación, ni los peritos de la Policía Federal, ni la jueza (María Eugenia Capuchetti). Se rompió la cadena de custodia, el celular de Sabag Montiel llegó abierto y reseteado a la PSA”. Para el legislador, a partir de ahí “fueron innumerables las irregularidades”, y destacó que “lo más grave es que se quedó la idea de que actuaron 3 loquitos sueltos y ninguna otra pista fue profundizada cuando había innumerables elementos”. Tailhade enfatizó que “hay 30 coincidencias que indicaban que había que ir a la pista (Gerardo) Milman y (Patricia) Bullrich, y ni hablar cuando salió la pista de Caputo Hnos, donde hubo una deliberada decisión de la justicia de no unificar las investigaciones”.
Paralelamente, también cuestionó al procurador Eduardo Casal, quien “actuó como si nada” y “nunca se le ocurrió crear un equipo especial ni poner recursos a disposición del fiscal (Carlos) Rívolo”, mientras que “el Consejo de la Magistratura ni siquiera levantó el teléfono para preguntarle a la jueza Capuchetti si precisaba algo”. En ese marco, diagnosticó que “todo el sistema conspiró para el atentado y, luego, para la impunidad del caso”, lo cual “es lo más grave y no hay posibilidades de revertir”.
El ex inspector General de Justicia de la Nación repudió la actitud de la candidata a presidenta por Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, quien “nunca repudió el atentado con una especulación electoral porque ese sector siempre lucró con la muerte, las tragedias y las desgracias”. Asimismo, invocó que “seguramente los focus group han determinado que el sector social que los acompaña hubiera preferido que la mataran a Cristina. A ese nivel de genuflexión y cobardía ha llegado la política”. No obstante, alertó que “la otra posibilidad es que no lo repudiaron porque están involucrados y tienen responsabilidades como autores ideológicos o financistas”. Tailhade sumó que “los dos principales candidatos presidenciales de la oposición (Bullrich y Javier Milei) nunca repudiaron el hecho ni lo condenaron”, lo que demuestra que “estamos en presencia de un riesgo máximo para el sistema”.
Por último, admitió que no tiene expectativas de que esta investigación llegue a la verdad: “Como para dar un ejemplo, en términos judiciales recién ahora habilitaron el peritaje del celular de Milman, cuando hace 6 meses que todos sabemos que su contenido fue borrado, así como el de los teléfonos de sus asesoras”, al tiempo que, apuntó que “en términos políticos, no sé si no estamos peor porque en el Congreso sigue habiendo burlas como la ‘pistolita de agua’, el ‘autoatentado’”.