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Dos estudios clave para detectar a tiempo uno de cada cinco casos de cáncer en la Argentina

La videoendoscopia digestiva alta permite hallar patologías en el tracto superior del sistema digestivo y suele realizarse ante la aparición de síntomas. La videocolonoscopia está indicada a partir de los 45 años y es determinante en el diagnóstico temprano de tumores colorrectales, que son los segundos más frecuentes en nuestro país. Cómo son los procedimientos y el riesgo de postergarlos.

Por su desarrollo técnico y precisión, la videoendoscopia digestiva alta y la videocolonoscopia son dos herramientas centrales en el diagnóstico y tratamiento de las patologías que afectan el sistema digestivo. Estos estudios, que suelen ser indicados a partir de los 40 años, permiten detectar señales de alerta de algunos de los tumores más frecuentes, tanto en mujeres como en varones. Sin embargo, por desconocimiento, temor o falta de información sobre cuándo realizarlos, muchos pacientes los omiten y pierden una oportunidad valiosa de iniciar un tratamiento a tiempo.

La videocolonoscopia es un paso clave para detectar el cáncer colorrectal (CCR) en su etapa inicial, cuando las posibilidades de éxito de las terapias disponibles son mayores. Se trata del segundo tipo de tumor más frecuente en la Argentina, con un promedio de casi 16 mil nuevos casos por año“Según los datos reportados por SIVER-Ca (Sistema de Vigilancia Epidemiológica y reporte del Cáncer), en 2019 se registraron 7.502 fallecidos por CCR, siendo la segunda causa de muerte por cáncer en nuestro país y representó el 12.12% del total de fallecimientos por tumores malignos”, explica el oncólogo clínico Juan Manuel O’Connor (MN 102684), jefe del área tumores gastrointestinales del Instituto Alexander Fleming (IAF).

La videoendoscopia digestiva alta, en tanto, permite hallar aquellas señales de alerta que están vinculadas a otros tumores (de estómago, duodeno, esófago, linfoma de no-Hodgkin) que en total representan otros 10 mil casos anuales, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Salud de la Nación. Por lo tanto, el impacto conjunto de ambos estudios en el cuidado de la población es trascendental: facilitan el diagnóstico de casi el 20% de los tumores registrados en nuestro país.

Cuándo se realiza la videocolonoscopia y qué beneficios tiene

“La videocolonoscopia (VCC) es un método diagnóstico y a la vez también terapéutico, que permite la exploración del recto, todo el colon y los últimos centímetros del intestino delgado (conocido como íleon). Este procedimiento se realiza a través de un tubo flexible, que dispone de una cámara de video en su extremo cuya imagen se ve a través de un monitor. Este tubo cuenta con un canal en su interior en el que se pueden introducir distintos instrumentos, para  la toma de biopsia y la extirpación de lesiones”, detalla la gastroenteróloga Sandra Emma Canseco (MN 99080), coordinadora de Endoscopía del Instituto Alexander Fleming.

De manera preventiva, en la Argentina suele pedirse una VCC a pacientes sanos a partir de los 45 años,repitiéndola cada cinco o diez años, a excepción de quienes tienen antecedentes familiares de CCR a los que se les solicita antes o con mayor frecuencia. En este sentido, el doctor O’Connor aclara que “si bien las guías y documentos del INC (Instituto Nacional de Cáncer en Argentina) recomiendan el inicio del tamizaje programático a partir de los 50 años para personas de riesgo promedio, hoy se propone su inicio a edad más temprana por el incremento de la incidencia de esta patología en menores de 50 años.

La indicación de este estudio también está asociada a la aparición de algunos síntomas que hagan sospechar al médico de alguna patología en el tubo digestivo y puede ser solicitado en pacientes jóvenes cuando no existe una respuesta al tratamiento médico previamente efectuado. Algunos de los síntomas que pueden derivar en su prescripción médica son la presencia de sangre en la materia fecal, dolor abdominal, cambio en el ritmo evacuatorio (ya sea diarrea o constipación), pérdida de peso, y ante sospecha de cualquier tipo de patología en el colon, incluso la presencia de anemia sin una causa clara. En todos estos casos es recomendable la consulta al médico para una correcta interpretación de los síntomas y evitar demoras en el diagnóstico.

 

Tiene una duración de alrededor de 25 a 30 minutos, aunque puede variar de acuerdo a los hallazgos que se produzcan durante la examinación del colon. La preparación requiere de una dieta en los tres días previos que sea baja en residuos (excluyendo las frutas, verduras y legumbres) y en las 10 horas previas se realiza una dieta líquida más la ingestión de una solución evacuante (laxante), que resulta un requisito algo engorroso para los pacientes pero fundamental para lograr una correcta limpieza y permitir así una correcta visualización de la mucosa.

“La VCC es el método más exacto para detectar el cáncer de colon. Si bien existen también otras pruebas, su ventaja es que llega a hallar lesiones potencialmente malignas (denominadas pólipos), que se extirpan en el momento para un posterior estudio. Además, muchas veces detecta las causas de los sangrados, por lo que generalmente se puede dar un tratamiento en el momento. Por otra parte, identifica los divertículos, angiodisplasias y también se utiliza para en el diagnóstico de enfermedad inflamatoria (colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn)”, agrega la doctora Canseco.

Las claves de la Videoendoscopia Digestiva Alta y sus ventajas 

La videoendoscopia digestiva alta (VEDA) es un procedimiento médico que emplea un tubo flexible con una cámara óptica, que transmite imágenes a un monitor. Al igual que la VCC, cuenta con un canal en su interior que permite el pasaje de otros instrumentales, para realizar por ejemplo la toma de muestras. Brinda la posibilidad de inspeccionar en detalle el tracto superior del tubo digestivo – esófago, estómago, duodeno en su primera y segunda porción- para evaluar la mucosa sana de estos órganos y determinar las alteraciones que puedan llegar a existir y su potencial vínculo con diversas patologías. Se trata de un procedimiento breve, aunque su duración también depende de los hallazgos realizados. La preparación es simple: solo requiere de un ayuno de un promedio 8 horas de sólidos y de 4 horas de líquidos, permitiendo el vaciamiento del estómago.

“Generalmente se evalúa la estructura, el calibre y la mucosa del tubo digestivo superior. A través de la VEDA se detectan lesiones como hernias de hiato, esofagitis, gastritis, úlceras, e incluso signos de sospecha de enfermedad celíaca, estenosis, y tumores”, describe la doctora Canseco.

¿En qué casos se indica una VEDA?  Cuando el paciente refiere algunos síntomas específicos como acidez, quemazón, dolor abdominal, regurgitación, reflujo, dificultar para tragar alimentos, otros menos específicos como tos seca, anemia, pérdida de peso, e incluso en pacientes con antecedentes familiares de alguna patología maligna”, explica la especialista del IAF. Su realización en forma periódica sólo está indicada para el seguimiento de patologías crónicas, como el Esófago de Barrett y la metaplasia gástrica.

Las barreras del temor y la falta de información

A pesar de los beneficios que aportan estos estudios, muchos pacientes los postergan o en muchos casos ni siquiera saben si están dentro del grupo al que se le indica ya sea por edad o por algún tipo de sintomatología. La doctora Canseco enumera las tres principales causas que entorpecen su realización. “Primero: la falta de información o conocimiento acerca de cómo es el procedimiento endoscópico. Segundo: desconocer la utilidad y los beneficios de estos métodos diagnósticos, y por supuesto el miedo a un procedimiento invasivo e incómodo, a la sedación y muchas veces hasta el temor al resultado. Y tercero: muchos esperamos estar enfermos para concurrir al médico, no tomamos conciencia acerca del valor de los controles periódicos para prevenir”, detalla.

A estos obstáculos habituales, se suma uno coyuntural: aún afectan en el sistema de salud algunos resabios de las limitaciones impuestas por la pandemia de coronavirus, cuando se discontinuaron muchos chequeos médicos. “Es uno de los problemas que incluso va a tener impacto a futuro. La pandemia retrasó muchas de las consultas programadas y la realización de estudios como la colonoscopia por las restricciones que se aplicaron. Actualmente no existen riesgo asociado y por eso es importante la realización de los estudios cuando están indicados por el médico, apunta el doctor O’Connor.

Otro punto central es la confianza del paciente en el equipo médico elegido para llevar a cabo estos estudios. En el caso del Instituto Alexander Fleming, los médicos endoscopistas cuentan con un amplio entrenamiento y gran experiencia en endoscopía diagnóstica y terapéutica, incluso algunos de ellos son docentes de la carrera de endoscopía en la Universidad de Buenos Aires. “Utilizamos equipos de última generación, que mejoran la calidad del estudio, facilitan el tiempo de inserción en la colonoscopia, reducen el dolor en un 78% y por ende disminuyen el tiempo de sedación, explica la doctora Canseco. El centro de salud dispuso un sector específico para estos procedimientos que tiene dos salas de recuperación y asistencia de enfermería.

Para el abordaje de los tumores del sistema digestivo, como en la mayoría de los casos de cáncer, el tiempo es un factor determinante. Por eso los expertos piden consultar rápido ante la aparición de síntomas y respetar la periodicidad de los controles recomendados. La medicina hoy apunta a la prevención. Es decir: llegar antes al problema. De esta manera se le pueden ofrecer múltiples opciones terapéuticas al paciente, con éxitos elevados a largo plazo. Hoy podemos detectar lesiones pequeñas, tomar una muestra para su análisis y hasta extraerlas si se encuentran en un estadio temprano. Pero además, en caso de que el estadio sea avanzado, la toma de una muestra es importante para determinar un futuro tratamiento, ya sea de cirugía o neoadyuvancia”, concluye la coordinadora de Endoscopía del Instituto Alexander Fleming.

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