“El cambio que necesita la Iglesia es cultural”

La teóloga argentina Marcela Mazzini, que participa del Sínodo de Obispos en el Vaticano, afirmó que el encuentro “puede ser un paso importante” para ese cambio, al tiempo que opinó que el papa Francisco está “muy interesado en integrar las distintas realidades que se escuchan” en este ámbito de discusión.

“El cambio que necesitamos en la iglesia es cultural: pueden estar todos los documentos escritos, pero si nosotros no cambiamos, no nos sirve”, aseveró en entrevista con Télam en la Santa Sede Mazzini, una de las 30 mujeres de todo el mundo que participa de la Asamblea que debate sobre “la vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”.

“El tema cultural aparece, por ejemplo, con el acompañamiento a los homosexuales o a sus familias. No puede ser que una persona se sienta excluida de la comunidad cristiana por su condición de homosexual. En eso está todo el mundo de acuerdo”, afirmó Mazzini, una de las “auditoras” dentro de los 13 “círculos menores” en los que Francisco dividió la discusión sinodal de los más de 300 participantes.

Sobre ese punto, la teóloga explicó que “ya hay una carta que tiene más de 20 años para la pastoral con personas homosexuales que es muy linda y apunta a la inclusión. Hay cosas que ya están establecidas como esta carta, pero sin embargo cuando aparece una persona homosexual en nuestras parroquias y en nuestras comunidades cristianas se arma un poco de lío. No todas las comunidades son tan abiertas, pese a que está ya indicado qué hacer. Por eso se necesita el cambio cultural”, planteó la profesora de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Mazzini también se refirió a otro de los ejes planteados por los más de 300 participantes del Sínodo que desde el 5 de octubre y hasta el próximo 25 debate en el Vaticano y afirmó que “hay bastante ideas sobre si permitir la comunión a la gente divorciada en nueva unión o no”.

“Hay distintas ideas sobre eso, y no solo dos: es todo un abanico, desde el que dice ´digamos que todos pueden comulgar´ hasta el que dice ´no absolutamente´, y en el medio el que dice ´bueno que comulguen pero que hagan un camino penitencial´ o ´tenemos que pensar una pastoral para ellos´”, planteó.

“Otra cosa muy linda que aparece es el acompañamiento prejudicial a la gente que va a pedir la nulidad matrimonial”, apuntó, y explicó que “están surgiendo iniciativas que ponen a disposición un equipo interdisciplinario que espera a la gente que va a pedir la nulidad, muy concentrado en la persona, más allá de la ayuda para el formulario que hay que llenar”.

“Las personas que se han separado, que han tenido el divorcio civil, necesitan un camino de sanación y hay que pensar una pastoral para ellos”, planteó Mazzini.

“Otro tema en el que se ve la importancia de lo cultural es el tema de la mujer en la iglesia y su lugar. Ahí lo que tiene que cambiar es la cultura dentro de la iglesia. El propio Francisco habló de este tema en la Evangelli Gaudium. Hay que lograr que se nos dé más participación, y las mujeres animarnos a meternos más”, afirmó.

En este marco, para Mazzini, “este sínodo puede ser un paso importante para esos cambios” ya que “el Papa apunta mucho a poner en marcha procesos. Abrir la puerta y dejar que las cosas avancen, hay que tener esa paciencia del ritmo de una comunidad”.
“Así pasa también en la familia: uno puede ver algunas cosas claras pero se da cuenta de que la familia aún no está para dar ese paso. Bueno, hay que esperar a que todos lo vean y ahí dar el siguiente paso. Ir madurando las cosas en conjunto, y también de acuerdo a los contextos. Quizás por eso algunas cosas que se planteen en el Sínodo pueden quedar como tareas para las conferencias episcopales de cada país”, planteó.

En esa línea, Mazzini dijo que “el Papa está muy interesado en integrar las distintas realidades” que se escuchan en las discusiones sinodales, por lo que opinó que cree habrá “más presencia en el documento final” de algunas de las problemáticas que relatan los participantes de África y otros países, como la poligamia o los matrimonios interreligiosos.

Sobre la discusión en general, la teóloga argentina que fue una de las oradoras en el pleno del Sínodo el viernes 16 de octubre frente al papa Francisco describió que “el tema de la familia está muy presente. Lo hemos vuelto a enfocar, porque muchas veces nos íbamos para el lado del matrimonio, y hay cosas que si bien son estrictamente matrimoniales dijimos ´miremos la familia´”.

“La familia cambió más en los últimos 50 años que en toda su historia anterior. Pero más allá de eso, el deseo de familia y de un amor para toda la vida no se apagó. Y aunque hay dificultades de vivir el matrimonio, aunque la gente tiene miedo de casarse, aunque hay 800 obstáculos: económicos, sociales, de trabajo, políticos, ese sueño permanece en el corazón de las personas, de armar familia, de tener una linda familia”, definió.

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