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El Municipio de San Isidro, presente en el Lollapalooza con un mensaje sustentable

La Municipalidad armó un stand con referencias al cuidado del ambiente; destinó un espacio para bicicletero; distribuyó tachos para basura diferenciada y promovió el uso del transporte público.

Con un fuerte mensaje focalizado en la sustentabilidad, el municipio de San Isidro estuvo presente durante el fin de semana en la tercera edición local del festival musical Lollapalooza, que tuvo su sede en el Hipódromo.

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La Municipalidad aprovechó el festival alternativo más reconocido del mundo, que contó con la presencia de más de 40 bandas internacionales y nacionales, y 160.000 asistentes, para promover el cuidado del ambiente, a través de un stand ecológico hecho en su totalidad con materiales reciclables.

Con el nombre de “Enjambre”, obra del artista Julián Manzelli, el espacio municipal contó también con juegos de encastre para armar en comunidad. “Lo sustentable tiene también que ver con el trabajo entre todos para que tomemos conciencia de que tenemos que construir un mundo mejor para dejar a nuestros hijos”, dijo el intendente Gustavo Posse, presente en el festival.

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El mensaje amigable con el ambiente se evidenció también con el trabajo que realizó el municipio antes y durante el evento, con una campaña que buscó desalentar el uso del transporte privado. Bicicleteros dispuestos en los alrededores del Hipódromo local, micros que trasladaban al público desde el Bajo, y desde el Hipódromo hacia distintas avenidas, y convenios con líneas de colectivos para aumentar la frecuencia nocturna de los recorridos.

También se distribuyeron contenedores de basura diferenciada por todo el predio.

“Nos enorgullece que el Lollapalooza ponga otra vez a San Isidro en el foco del mundo”, afirmó Posse.

Y enfatizó: “Junto a los organizadores acordamos difundir en conjunto acerca de la importancia de reciclar y utilizar los recursos naturales responsablemente”.

Además, con el objetivo de garantizar la seguridad durante el festival, el Municipio coordinó un gran operativo deprevención, en el que aportó 20 vehículos del Patrullaje Municipal que recorrieron las inmediaciones del predio para detectar posibles inconvenientes.

En paralelo, un centenar de inspectores de tránsito municipales trabajaron en la periferia del Hipódromo para evitar congestionamientos. También actuó un servicio de grúas que, en caso de haberlos, removió los vehículos mal estacionados.

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Para reducir el caudal de automóviles, el Municipio puso micros a disposición de los asistentes, que se trasladaron periódicamente -ida y vuelta- desde un estacionamiento dispuesto en el Bajo, ubicado en Camino de la Ribera, entre Roque S. Peña y Del Barco Centenera, hacia la intersección de las calles Leandro N. Alem y Cosme Beccar.

Con cuatro escenarios gigantes como principal atracción, el Lollapalooza tuvo como complemento muchísimos stands y foodtrucks para jugar, descansar, comer, beber y comprar merchandising. Mención destacada al espacio KidzaPalooza que organizó actividades especialmente pensadas para los más chicos.

“Todo esto es increíble y me emociona estar acá. El hipódromo es enorme y vale la pena como lugar para espectáculos”, remarcó Olivia Álvarez Roseto, de la Ciudad de Buenos Aires, mientras esperaba ansiosa ver el show impresionante que dio Eminem.

Con Alabama Shakes sonando de fondo, Ariel Garavilla comentó que era la segunda vez que concurría a un Lollapalooza y le parecía “por lejos” el mejor festival que se organiza en el país.

Junto a él, su hijo Santino contó: “Estuve en el Kidzapalooza cantando, tocando la batería, el piano y la guitarra. Me divertí mucho”.

A punto de ver a Tame Impala, José Llamazares, de San Isidro, sostuvo: “Como sanisidrense me parece copado tener tantas bandas increíbles a pocas cuadras de mi casa. El distrito está más lindo que nunca”.

“Está lleno de gente y hay para todos los gustos. Me encanta”, concluyó Candela Sorín, de Tigre, luego de bailar con la electrónica de Kaskade y asombrarse con los fuegos artificiales del cierre.

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