Los actos estuvieron teñidos de un férreo vallado custodiado por fuerzas de seguridad que impidió el ingreso de la gente a la explanada del Monumento a la Bandera.

El presidente Mauricio Macri encabezó este lunes los festejos por el Día de la Bandera en Rosario, donde llamó a “derrotar al narcotráfico”, en medio de un fuerte operativo de seguridad que incluyó disturbios y represión a manifestantes opositores.

Los actos estuvieron teñidos de un férreo vallado custodiado por fuerzas de seguridad que impidió el ingreso de la gente a la explanada del Monumento a la Bandera, a la que sólo pudieron ingresar personas acreditadas.

La jornada de celebraciones comenzó a las 8.30 con el izamiento de la enseña patria en el mástil mayor del Monumento, del que participaron la intendenta de Rosario, Mónica Fein, el gobernador de Santa Fé, Miguel Lifschitz, y otras autoridades locales y eclesiásticas.

Tras la jura a la bandera de cadetes de las fuerzas armadas, se dio paso a un desfile de excombatientes de Malvinas, en el que se desplegó la bandera del proyecto Alta en el Cielo.

Macri hizo su ingreso al patio Cívico pasadas las 11:00, precedido de la vicepresidenta Gabriela Michetti, quien llegó minutos antes.

El clima de algarabía general en el Patio Cívico del Monumento contrastó con la álgida situación que se vivió a metros de distancia, detrás del cerco de Gendarmería, donde agentes de esa fuerza, provistos de camiones hidrantes y escudos, arremetieron contra los manifestantes que se acercaron a la zona para protestar.

El concejal de Rosario Eduardo Toniolli, uno de los que padeció la represión, señaló: “Los Gendarmes empezaron a pegar palazos y nos dieron a varios de los que estábamos en la primera fila”.

El diálogo con radio del Plata, el dirigente kirchnerista advirtió que “nunca” vio un Día de la Bandera con “tanta militarización” y calificó la situación como un “estado de sitio virtual”.