Argentina – Uruguay, el duelo no británico más antiguo del fútbol

Argentina y Uruguay jugarán mañana una nueva edición del clásico sudamericano, el más antiguo del fútbol mundial entre selecciones que no son británicas. Llevan disputados 185 encuentros oficiales desde 1902, con ventaja argentina: 85 y 56. Y de ellos, 30 fueron por el torneo sudamericano, con paridad: 13 victorias para cada uno.

Pasarían muchos años hasta que estos vecinos se encontraran en dos finales sucesivas en campeones mundiales: en los Juegos Olímpicos de 1928, en Amsterdam, y en la primera final de la Copa del Mundo, en Montevideo. Fueron dos triunfos uruguayos. Que no serían, obviamente, la tónica repetida en anteriores y posteriores choques.

Desde 1901, cuando empezaron extraoficialmente los duelos, hasta 1902, cuando se registra el primer Argentina-Uruguay oficial, pasaron muchos de todos los colores. Desde Copas América hasta Libertadores, donde argentinos y uruguayos fueron finalistas y definidores de instancias y duelos en forma repetida.

Hubo amistosos, jornadas dobles de beneficencia, terremotos, encuentros por otras distintas copas durante años.

El 15 de agosto de 1910, por la copa Lipton, se registra el primer encuentro entre Argentina con camiseta albiceleste y Uruguay con la celeste: fue en Montevideo y ganaron los locales 3 a 1. Y en 1924, con la primera vuelta saludando por Uruguay en los JJOO y luego, en un clásico, en el gol de córner de Cesáreo Onzari, y el alambrado que debió ponerse en Barracas Central por los desmanes del público, las denominaciones de vuelta olímpica, gol olímpico y alambrado olímpico que aun persisten.

En mayo de ese 1910, aniversario patrio, fue cuando se organizó el primer antecedente del torneo Sudamericano. Participaron los dos clásicos más Brasil y Chile. Argentina empató con Brasil y goleó a Uruguay 4-0. Fue el campeón.

Recién 6 años después comenzó el torneo oficial de la futura Copa América, en Buenos Aires. Otra vez los mismos cuatro adversarios, que con los que fundan la Confederación Sudamericana de Fútbol. Argentina empata con Brasil 1 a 1 y la curiosidad es que los albicelestes entran a la cancha con 9 jugadores. En la tribunas encuentran a Laguna (Huracán) y a Bincaz (San Isidro) y así completan los once (Laguna hizo el gol).

Y en la definición, cuando debían jugar Argentina y Uruguay en la cancha de Gimnasia y Esgrima de Palermo, los enfervorizados hinchas quieren entrar de cualquier manera y en el desorden el partido debe ser suspendido. Los exaltados queman entonces las tribunas de madera de Gimnasia y el estadio deja de ser el oficial de allí en adelante. Un día después, el 17/7/16, juegan en cancha de Racing y el empate 0-0 le otorga el primer título a Uruguay.

Allí nacieron los primeros incidentes del gran clásico. Al año siguiente la cita es en Montevideo. En la definición, otro percance. Argentina, antes del clásico, no puede desembarcar en Montevideo por una huelga portuaria. Y debe acometer un viaje de 5 horas en ferrocarril a Colonia, para recién acercarse a la sede del encuentro. Al día siguiente Uruguay gana 1-0 con tanto de Scarone y es el bicampeón de las primeras dos ediciones. En ese torneo se disputaba por primera vez la Copa América, comprada en la casa Escasany de Corrientes y Carlos Pellegrini. En 1921 Argentina logra su primera conquista al vencer 1-0 a Uruguay (tanto de Libonatti).

En 1924, también en Montevideo, matan al hincha uruguayo Pedro Demby y es acusado el argentino José Lázaro Rodríguez, apodado el Petiso, que ya no estaba en la ciudad. Había huído. Uruguay es campeón. Ese día del clásico los dos cronistas de La Nación retransmiten las acciones desde la cancha hasta la telefónica uruguaya, que a su vez las pasa a Buenos Aires. Allí otro cronista las recibe y las repite, palabra por palabra, en radio Cultura. Es la primera retransmisión de un partido entre argentinos y uruguayos.

En el 29 Argentina es campeón al vencer 2 a 0 a Uruguay (goles de Manuel Ferreira y Evaristo). Y en el 1935, en el triunfo 3-0 de los celestes, Herminio Masantonio y Lorenzo Fernández se trompean en la mitad de la cancha, como si fuese un ring. Dos años después, cuando Argentina le mete 5 a 1 a los uruguayos por la copa de Honor Uruguayo, Masantonio se rehabilita y marca 3 tantos. Pero ya los dos rivales no usaban sus casacas tradicionales porque los ánimos entre ellos estaban caldeados.

La del 40 es una década donde Argentina logra varios títulos. Pero en 1942, en Montevideo, cuando los albicelestes marcan un récord señalándole 12 a 0 a Ecuador, Uruguay gana el clásico 1-0 (gol de Bibiano Zapirain) e interrumpe la racha. Los celestes nunca han perdido por la Copa América en su suelo. La conquista se repetirá en 1967 con otro 1-0. Argentina en Extra del 41 le gana 1 a 0 (gol de Sastre), repite el resultado en el Extra del 45 (gol de Martino eludiendo a 4 rivales), le gana 3-1 en el Extra del 46 (Pedernera, Labruna y Méndez) y otro 3-1 en Guayaquil 1947 (2 de Méndez y Loustau).

Los grandes adversarios se encuentran otra vez en la Copa América de 1955, en Chile, y allí se registra otro hecho inesperado. Cuando le ganaban 5-1 a los uruguayos, el entrenador Stábile hace entrar a Norberto Conde por el goleador Labruna. Este encara al defensor oriental Matías González y pregunta “¿Cómo vamos?”. El uruguayo responde con un derechazo que lo noquea. Lo sacan al velezano y vuelve a entrar Labruna, que anota el sexto. Fue en Chile.

En Lima, dos años después, una de las grandes selecciones de Argentina le mete 4 a 0 a Uruguay (dos de Maschio, Angelillo y Sanfilippo). Y en 1959 se dan los dos cruces: en Buenos Aires, Argentina campeón, gana 4-1 el clásico; y en el Extra de Ecuador los celestes se imponen 5 a 0.

A partir de allí hubo triunfos albicelestes por distintos cruces coperos (Newton, del Atlántico, Lipton, Copa del Mundo 1986) hasta la victoria celeste en la Copa América de 1987 por 1 a 0, después de 40 años sin victorias en Buenos Aires. Hasta los últimos penales de la 2011, que es la última copa lograda por Uruguay. Pero las 15 celestes y las 14 blanca y celestes siguen siendo las máximas conquistas de la rivalidad sudamericana. Que tendrá mañana otra versión.

* El autor, Guillermo Gasparini es socio del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF).

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