Julio Lagos revivió con los vecinos el mítico Estadio Ebro de Martínez

El reconocido periodista, conductor de radio y vecino de Martínez presentó en el Concejo Deliberante de San Isidro su libro que describe la aparición y ocaso de este emblemático centro deportivo y social que marcó una época.

El recinto de sesiones del Concejo Deliberante de San Isidro estuvo colmando ayer de vecinos, especialmente de Martínez, que disfrutaron de la presentación del libro “El Misterio del Estadio Ebro”, de Julio Lagos, que relata la aparición y ocaso de este escenario deportivo que en la década del ´50 llegó a competir con el Luna Park.

Para los vecinos de San Isidro, en especial para los de Martínez, este estadio ocupa un lugar de privilegio en la historia local tanto por la actividad deportiva y social que desarrolló.

Junto a Lagos, que además de reconocido periodista, locutor y conductor de radio, es vecino de Martínez, participaron de la presentación del libro periodistas de gran talla como Ernesto Cherquis Bialo, Julio Ricardo y Hernán Rapela.

En la apertura del encuentro el presidente del Concejo Deliberante de San Isidro, Carlos Castellano, dijo que el estadio Ebro fue un emblema para aquellos que pudieron conocerlo, no sólo por su actividad principal que era el boxeo sino también por su función social y de entretenimiento.

“Hay que agradecer a Julio Lagos que se haya tomado el trabajo de investigar y publicar este libro sobre un icono muy importante de la historia de San Isidro del que poco se sabía”, sostuvo Castellano.

“Lo que intenté hacer con este libro fue acercarme a una de las tantas historias de un barrio. Empecé a preguntarme sobre un lugar con un cartel que decía Ebro en la calle Hipólito Yrigoyen. Hasta que me enteré que allí funcionó un gran estadio y mi curiosidad me llevó a escribir un libro sobre este lugar que fue un gran centro deportivo y social, un verdadero símbolo de aquella época”, sostuvo Lagos, quien destacó que sin la ayuda de los vecinos la publicación no hubiera sido posible.

“El Ebro fue un estadio paradigmático. Precedió al Luna Park y por allí pasaron las figuras del boxeo de una época de oro. Desde Pascual Pérez hasta Eduardo Lausse. Y fue el escenario precursor de la lucha”, contó Cherquis Bialo.

“Tengo recuerdos personales de haber estado en el Ebro. Fue un lugar emblemático de Martínez donde había boxeo y otras actividades de entretenimiento”, indicó Alfredo Laguzzi, distinguido vecino de Martínez.

“Para mí papá el Ebro fue su vida. Era amante del boxeo. El libro de Julio Lagos me trae muchos recuerdos y encuentro detalles que no conocía”, dijo María Estela Trezzii, hija del dueño del Ebro.

En la presentación del libro participaron también figuras del ambiente boxístico nacional y local, como Darío Matteoni, ex campeón mediopesado, quien recordó que en su niñez su padre le hablaba del Ebro.

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Sobre el libro

El Misterio del Estadio Ebro es la crónica de un hecho real. Con ritmo de novela, en este libro aparecen sucesos y personajes de la década del ´50.

Fue un lugar que ofreció notables espectáculos deportivos y también atracciones y variedades.

Los grandes boxeadores de aquella época combatieron allí: Pascual Pérez, Eduardo Lausse, Alfredo Prada, Cirilo Gil, Luis Federico Thompson, Ricardo González, Roberto Castro, Mario Díaz, José “Cucusa” Bruno, Néstor Savino, Alfredo Bunetta, Martiniano Pereyra, su hermano Ubaldo, Oscar Pita y hasta un jovencísimo Horacio Accavallo.

También actuaron notables boxeadores aficionados lugareños como Edgardo Chávez, el “Tano” Borello y Ernesto Vivas.

En las amplias instalaciones del estadio era común la presencia de José María Gatica, de César Brión y de Pablo Alexis Miteff.

Y en el Ebro también estuvieron los más grandes luchadores de catch: El Hombre Montaña. Alí Bargach, Ararat, Karadagián,  Rubén Peucelle y los popularísimos valores locales: Renato El Hermoso, Sabú, Caruso, el Tano Bertone y Pitigrilli, entre muchos otros.

Cuando se desarmaba el ring, el boxeo y la lucha le dejaban espacio a otras actividades como el básquetbol (en el Ebro se presentaron los Harlem Globe Trotters), espectáculos de magia, festejos de carnaval, casamientos y fiestas de quince años.

Hasta que un día, sin previo aviso, desapareció. Hoy Julio Lagos lo revive en su libro.

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