Al cumplirse ayer, 17 de julio, los cincuenta años de su ordenación sacerdotal, el padre César Chiarella presidió una Misa para celebrar este aniversario; en la misma fue acompañado por monseñor Martín Fassi, Obispo auxiliar de la Diócesis de San Isidro; por monseñor Jorge Casaretto, Obispo emérito de la misma Diócesis; sacerdotes diocesanos y miembros de la comunidad de la Parroquia Espíritu Santo, en la que el padre César es párroco emérito.
La Misa fue muy emotiva y quienes estuvieron presentes, escucharon al padre César decir en su homilía: “Doy gracias a Dios, en primer lugar, por mis padres que me dieron la vida y por monseñor Aguirre, primer Obispo de San Isidro, que fue quien me ordenó sacerdote hace cincuenta años”. También dedicó palabras de agradecimiento a la Comunidad de la parroquia Espíritu Santo, manifestando que: “Yo soy lo que ustedes me hicieron ser”: luego expresó que: “Le pido a Dios en este día, seguir siendo misericordioso”.
Al finalizar la celebración, representantes del Movimiento de Encuentro Matrimonial, como así también miembros de la Parroquia y monseñor Casaretto, destacaron, cada uno a su turno, la entrega del padre César y el lugar que le dio a los laicos en sus cincuenta años de sacerdote.
Monseñor Casaretto agradeció también la perseverancia del padre César, e invitó a rezar para que sea fiel hasta el final de su vida.
Monseñor Ojea, quien se encuentra visitando en Cuba la Diócesis de Holguín, hizo llegar una carta con felicitaciones y un gran agradecimiento por la vida del padre César y su testimonio en la Diócesis. Asimismo manifestó en su mensaje, que se uniría a la distancia, a la acción de gracias del sacerdote.