“Voy a eliminar los planes sociales para quienes no quieren trabajar” afirmó el precandidato presidencial al‎ explicar su nueva propuesta. “Con los planes no se roba más”, explicó Sergio Massa.

‎En declaraciones radiales, Sergio Massa continuó con su campaña de propuestas, en este caso vinculada a los planes sociales: “Los beneficiarios de planes sociales deben incorporarse al mercado laboral o capacitarse. La mejor política social es la generación de empleo porque fortalece a la familia y refuerza valores esenciales como el compromiso, la responsabilidad y el esfuerzo”.

Daniel Arroyo, integrante del Frente Renovador y actual precandidato a la vicegobernación bonaerense, explicó: “El cambio central pasa por permitir que quien tiene un plan social pueda conseguir un trabajo en blanco. Y evitar lo que sucede hoy, que quien tiene un plan prefiere trabajar en negro y se mantiene en la informalidad”.

Según explicó Arroyo, se creará una Agencia de Desarrollo e Integración Social (ADIS), donde a través de un registro se “permitirá identificar quiénes trabajan a cambio del plan, los que se capacitan y los que no hacen nada”.

“La intención es que en cada región funcionen consejos sociales, con la participación de cámaras empresariales, organizaciones sociales y el Estado, que elijan a los tutores y usen el registro como bolsa de trabajo”, agregó Arroyo.

Massa además señaló: “Los que tienen que tener miedo son los punteros que han transformado esto en una forma de vida. Buscamos eliminar la figura del puntero y al intendente como intermediario, que hoy inscribe una cooperativa y se queda con el control de la asistencia, para beneficiar o castigar a los que le responden o no”.

“Queremos centralizar y transparentar la información de los planes, establecer la obligatoriedad de trabajar o capacitarse a los beneficiarios y, sobre todo, romper una estructura de planes sociales que están siendo usados para prebendas políticas”, sostuvo Massa.

Desde el equipo técnico de Massa explicaron al respecto que “La Argentina se caracterizó históricamente por ser una tierra de oportunidades donde cualquier persona podía conseguir un trabajo y progresar. La posibilidad de movilidad social ascendente fue el motor de la clase trabajadora que sabía que con esfuerzo y educación podían asegurarles un futuro mejor a sus hijos.

Sucesivas crisis sociales y económicas hirieron profundamente nuestro sistema de valores basado en el esfuerzo y el trabajo. La idea de que el empleo era la forma genuina de progreso social se perdió en millones de adultos y  jóvenes que no vieron a sus padres trabajar y hoy ni estudian ni trabajan.

Los sectores más vulnerables se acostumbraron a vivir con lo mínimo que les da el Estado y han perdido la esperanza de mejorar su condición de vida. Los planes sociales dejaron de ser una solución transitoria para convertirse en un modo de vida permanente. Para estas personas, es más seguro cobrar un plan social y hacer una changa, que conseguir un trabajo formal. De este modo, el gobierno ha fomentado una relación de dependencia con los sectores más humildes que se resignan a subsistir sin esperanza de superar su situación de pobreza y marginalidad.

Es fundamental recuperar la cultura del trabajo para que todos los argentinos vuelvan a sentir que vale la pena esforzarse.  No hay nada más triste que ver como se desperdicia el talento de millones de argentinos simplemente porque el Estado no sabe aprovecharlo.

La mejor política social es la generación de empleo porque fortalece a la familia y refuerza valores esenciales como el compromiso, la responsabilidad y el esfuerzo.  La mayoría de las personas que reciben planes sociales buscan empleo activamente pero no lo encuentran o no están suficientemente capacitados para acceder a un trabajo formal. Es importante que logremos devolver al trabajo el sentido ético que tuvo alguna vez en nuestra sociedad.

No podemos seguir fomentando la resignación y el conformismo. Necesitamos que todos los argentinos se atrevan a soñar e imaginar que un futuro mejor es posible”.